Mantener un grado de preocupación o excitación por las demandas diarias ha sido considerado algo normal en nuestra sociedad y en el mundo entero, sin embargo, cuando ese grado de preocupación o excitación sobrepasa los límites, es constante en el tiempo y altera el funcionamiento de la persona en uno o más ámbitos de su vida, se convierte en un trastorno.

En el 2019, una nueva demanda se sumó a las ya existentes para todos los países: Evitar el contagio del coronavirus. Las noticias se dispararon, y poco a poco todo el mundo fijó la atención en cómo este nuevo virus avanzaba a pasos gigantes por todos los países, ocasionando pérdidas humanas y paralizando la economía mundial.

El Salvador no fue la excepción, y desde entonces, toda la población experimentó un cambio de vida, un cambio de expectativas y un cambio de prioridades.

Bajo este contexto, y de acuerdo a los medios informativos, se comenzaron a reportar casos de ansiedad y de otras alteraciones mentales que llevaron a las autoridades de salud a crear asistencia psicológica telefónica de forma gratuita para la población.

A la fecha, las cifras de salvadoreños contagiados por el coronavirus continúan en aumento, y con ellas, las de personas con cuadros de ansiedad, pues si se toman en cuenta las derivaciones que la pandemia ha ocasionado, se tienen diferentes factores de estrés para la población: El aislamiento obligatorio, la falta de contacto social, las pérdidas de empleo, la posibilidad de pérdidas de familiares, amigos, y de nuestra propia vida también.

Paradójicamente, se necesita un sistema inmunológico fuerte para evitar el contagio del coronavirus. Entonces, en la actualidad, ¿Qué será más peligroso y viral? ¿La ansiedad o el coronavirus?.

El objetivo del presente artículo es informar a la comunidad sobre qué es la ansiedad en el nuevo contexto social ocasionado por la pandemia Covid-19, cuáles son sus características, los tipos principales del trastorno de ansiedad y  sus efectos en la salud, para saber discernir si minimizar la ansiedad que nos genera la posibilidad al contagio del coronavirus y de todas sus implicaciones, pueda ayudar a nuestro cuerpo a ser más resistente a este y a cualquier otro virus o enfermedad, demostrando así la importancia de nuestra salud mental, motivándonos a buscar estrategias adecuadas para reducir sus efectos.

Definición de Ansiedad

La ansiedad se define como una respuesta anticipatoria a algo que puede estar ocurriendo en el presente o puede ocurrir en el futuro. Es una condición mental asociada a una reacción fisiológica que activa intensamente el sistema nervioso central y todo el organismo.

Este tipo de respuesta es algo normal en todo ser humano y es fundamental para impulsar al individuo a la acción,  por lo tanto, no podemos eliminarla sino aceptarla y gestionarla adecuadamente.

La ansiedad normal se entiende como una respuesta que se adapta y es congruente con el estímulo que la provoca, manteniendo una duración apropiada. La persona fija su atención en la respuesta que debe dar ante el estímulo, por lo que se vuelve algo creativo y positivo que genera nuevas ideas; por lo tanto, se presenta siempre ante un estímulo.

La ansiedad se vuelve un trastorno cuando la respuesta sobrepasa los límites o es exagerada tanto en su intensidad como en duración. La persona fija su atención en el miedo a las consecuencias de la amenaza, puede paralizarse y no tener respuestas ante la situación real o imaginaria; por lo tanto, aparece sin un estímulo real, es decir, solo con el pensamiento o la imaginación.

Características

De acuerdo al DSM-V, los Trastornos de Ansiedad comparten dos características esenciales: Miedo y ansiedad excesivos, con alteraciones conductuales asociadas. El miedo se comprende como una respuesta emocional a una amenaza inminente, real o imaginaria, y la ansiedad, como una respuesta anticipatoria a una amenaza futura y asociada con tensión muscular, vigilancia en relación a un peligro futuro, comportamientos cautelosos o evitativos.

La diferencia entre cada uno de los Trastornos de Ansiedad se basa en el tipo de objeto o situaciones que atraen al miedo, el grado de ansiedad o las conductas evitativas, y la manera de pensar del individuo acerca de ello. Así mismo, la diferencia del miedo o ansiedad normal radica en la intensidad y  el tiempo que perduran.

Es importante mencionar que los Trastornos de Ansiedad pueden presentarse tanto en niños como en adultos, y según el DSM-V, muchos de estos trastornos se desarrollan durante la infancia, con la probabilidad de persistir si no se recibe el tratamiento adecuado.

Tomando en cuenta las características descritas de los Trastornos de Ansiedad y observando nuestra realidad en relación con la pandemia por el coronavirus, el miedo y la ansiedad excesiva se ha convertido en algo normal para muchos, sin embargo, es necesario analizar la intensidad y el tiempo que estas dos condiciones han perdurado en cada uno de nosotros.

Para muchos el coronavirus es una amenaza real e inminente que les genera miedo, desarrollando ansiedad como una respuesta anticipatoria a lo que pueda ocurrir en un futuro, desarrollando conductas cautelosas o evitativas,  por ejemplo, el excesivo uso de desinfectantes a cada momento y  en todos los objetos y superficies, el uso no solo de mascarillas sino que además el uso de caretas, guantes y bolsas plásticas para los celulares, aún cuando no se tiene contacto con otras personas. Por otra parte, las conductas antes mencionadas, sí son necesarias para las personas que trabajan en el sector salud o restaurantes por ejemplo, aunque en ambos casos, se vuelven actividades estresantes que mantienen a las personas vigilantes todo el tiempo.

Desde este punto de vista, la diferencia entre lo normal y excesivo radica en la intensidad de ese miedo y de esa ansiedad por evitar el contagio al coronavirus, lo cual obviamente debe de ser con prudencia y siguiendo las normas que las instituciones de salud recomiendan;  sin embargo,  el problema resulta cuando  nuestro pensamiento y conducta se centra únicamente en el miedo a las consecuencias de la amenaza del contagio, siendo esto constante todo el tiempo.

Tipos de Trastorno de Ansiedad relacionados a la pandemia por el coronavirus.

Existen diferentes tipos de Trastornos de Ansiedad, pero para el presente artículo, me centrare en aquellos que están relacionados con la pandemia por el coronavirus:

Los trastornos de ansiedad generalizados.

Su característica principal son sentimientos persistentes de preocupación o ansiedad. Las personas se preocupan por diferentes situaciones y mantienen una sensación de que algo malo va a suceder. Los síntomas son  inquietud, irritabilidad, tensión muscular, dificultades de concentración, problemas para conciliar el sueño, y generalmente una sensación de gran nerviosismo.

¿Cuántos de nosotros, estimados lectores, hemos experimentado alguno de estos síntomas en el último año?

Los trastornos de pánico.

Su característica principal es ataques recurrentes de pánico con síntomas de sudoración, temblores, falta de aire o sensación de ahogo, palpitaciones o aceleración del ritmo cardiaco, y sensación de pavor. Los  ataques son  repentinos, sin previo aviso.

En la actualidad, muchas personas han experimentado alguno de estos síntomas, llegando a pensar que pueden estar contagiados del coronavirus, pues algunos síntomas como la falta de aire o sensación de ahogo, sudoración y temblores, también son síntomas del coronavirus.

Las fobias.

Se refieren a  temores intensos a determinados objetos,  criaturas, o situaciones inquietantes o intrusivas.

En la actualidad el temor más intenso es al coronavirus, a perder a nuestros seres queridos, a nuestros amigos, a quedarnos sin trabajo, a no poder volver a lo que consideramos por mucho tiempo nuestra normalidad, y aún más, a lo que está por venir  y a todos los cambios mundiales.

Trastorno obsesivo-compulsivo.

Son sentimientos y pensamientos obsesivos, con rutinas o rituales compulsivos, que son  persistentes e incontrolables, por ejemplo, el lavado compulsivo de las manos en respuesta al temor del contagio al virus, o la verificación repetida de una actividad en busca de errores.

Efectos de la ansiedad que son un riesgo para la salud.

Aunque existe una extensa literatura que nos muestra como la ansiedad repercute en nuestra salud, y debido al tema del presente artículo, consideró a bien centrarme en dos sistemas de nuestro cuerpo: El sistema nervioso y el sistema inmunológico.

De acuerdo al Centro Provincial de Ciencias Médicas, Santiago de Cuba,  a  nivel fisiológico, la ansiedad se manifiesta a través de la activación de diferentes sistemas, principalmente el sistema nervioso autónomo y el sistema nervioso motor, aunque también se activan otros, tales como sistema nervioso central, sistema endocrino y sistema inmune.

No todos los cambios o alteraciones pueden ser percibidas, pero entre los que son perceptibles se encuentran el aumento de la frecuencia cardiaca  y respiratoria, sudoración, tensión muscular, temblores musculares, dificultad respiratoria, sequedad de la boca, dificultad para tragar, sensaciones gástricas, entre otros, los cuales pueden generar algunos desórdenes psicofisiológicos transitorios como dolores de cabeza, insomnio, náuseas, mareos, disfunción eréctil, contracturas musculares, y disfunciones gástricas.

También se ha observado una relación entre el grado de ansiedad experimentado y el aumento de cortisol plasmático, lo cual es sumamente importante comprender.

La doctora en medicina Dalia Lorenzo, neuróloga de Miami Neuroscience Institute, refiere en un artículo publicado por el Baptist Health South Florida en Agosto del 2020, que los altos niveles continuos de cortisol pueden causar que la salud de una persona comience a deteriorarse en distintos niveles: “Esto puede causar problemas de salud al suprimir el sistema inmunológico, alterando el metabolismo y causando que la persona tenga mayores probabilidades para la diabetes, la osteoporosis, la fatiga crónica y el aumento de peso” (Dra. Lorenzo, 2020).

De acuerdo a la doctora Lorenzo (2020):  “La hormona es importante para el metabolismo de los alimentos y la función inmunológica y es una de las hormonas principales para la respuesta del cuerpo al estrés agudo y crónico…”

Con la aparición del coronavirus, muchas investigaciones han demostrado la importancia de mantener un sistema inmunológico fuerte para prevenir el contagio, o en su defecto, para que los síntomas y las consecuencias sean menos graves y no peligre la vida del paciente.

La doctora en medicina Aileen Marty,  profesora de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina Herbert Wertheim de Florida International University, contesto una  pregunta sobre el sistema inmunológico en un episodio del podcast Baptist Health Talk del 2020, conducido por el doctor en medicina Jonathan Fialkow, director médico auxiliar, jefe de cardiología y lipidólogo certificado en Miami Cardiac & Vascular Institute, sobre cómo nuestro cuerpo se protege contra los invasores nocivos como el coronavirus:

“Tenemos varias capas de protección. Tenemos barreras físicas y también tenemos barreras químicas, y además de eso tenemos células que son células centinelas. Estas células son como los perros guardianes que están listos para reaccionar de inmediato si entra algo extraño en nuestros cuerpos. Son parte de lo que llamamos el sistema inmunológico innato. Y muchos de los químicos que son producidos por estas células son las cosas que nos hacen sentir enfermos o sentirnos mal. Una vez que las células más adaptativas,  las células que descifran cómo luce y cómo se comporta el invasor, comienzan a trabajar, el cuerpo comienza a producir una molécula específica que se enfoca en un patógeno en específico y reproduce potentes anticuerpos”. (Dra. Marty. 2020).

Conclusiones

La ansiedad es una respuesta anticipatoria a algo que puede estar ocurriendo en el presente o puede ocurrir en el futuro. Es una condición mental asociada a una reacción fisiológica que activa intensamente el sistema nervioso central y todo el organismo. Es algo normal en todo ser humano y es fundamental para impulsar al individuo a la acción. No podemos eliminarla sino aceptarla y gestionarla adecuadamente.

Sus características principales son el miedo y la ansiedad excesivos, con alteraciones conductuales asociadas, entendiendo al miedo como una respuesta emocional a una amenaza inminente, real o imaginaria, y a la ansiedad, como una respuesta anticipatoria a una amenaza futura.

La ansiedad se vuelve un trastorno cuando la respuesta es exagerada tanto en su intensidad como en duración. La atención se fija  en el miedo a las consecuencias de la amenaza,  paraliza y aparece sin un estímulo real, es decir, solo con el pensamiento o la imaginación.

Lo adecuado es fijar nuestra atención en la respuesta que debemos dar a un estímulo y no en el miedo a las consecuencias de la  posible amenaza imaginaria.

Algunos de los tipos de ansiedad que están relacionados con la pandemia por el coronavirus son: Los trastornos de ansiedad generalizados, los trastornos de pánico, las fobias y el trastorno obsesivo-compulsivo.

Los efectos de la ansiedad que son un riesgo para la salud en estos tiempos de coronavirus, son los que están relacionados, principalmente, a nuestros sistemas nervioso e inmunitario.

El sistema inmunitario es la defensa del cuerpo contra las infecciones, ataca a gérmenes invasores y nos ayuda a mantenernos sanos.

Definitivamente el coronavirus es una amenaza real e inminente que a muchos les  genera miedo, desarrollando ansiedad como una respuesta anticipatoria a lo que pueda ocurrir en un futuro; sin embargo, es un miedo a las consecuencias de la amenaza del contagio o a sus implicaciones secundarias que este problema mundial lleva consigo, por lo tanto, lo más importante es reducir esos niveles de ansiedad, centrándonos en dar respuestas adecuadas en la medida que las demandas surjan,  siendo coherentes en  la realización de las  medidas que se nos indican para evitar el contagio.

Con todo lo antes expuesto, parece ser que mantener niveles de ansiedad exagerados es algo más peligroso para nuestra salud que la amenaza al contagio del coronavirus, porque  paradójicamente, tener nuestra salud debilitada contribuye a las posibilidades del contagio. Además, la ansiedad también puede hacerse viral y viajar más fácil y rápido como lo demuestran las respuestas que nos causan los noticieros y las redes sociales sobre el tema.

Por lo tanto, algunas estrategias recomendadas para minimizar la ansiedad en estos tiempos de  Covid-19 son: Técnicas de respiración, técnicas de meditación, evitar bebidas estimulantes por las noches que afectan nuestro sueño,  realizar algún ejercicio físico por las mañanas, jugar con una mascota, escuchar música relajante y combinarla con aromaterapia, reducir el consumo de alcohol, grasa y azúcar, leer libros de temas que sean de su interés y que le aporten algo positivo, y sobre todo, evitar cualquier tipo de noticia o comentario negativo sobre el coronavirus. Informarse es apropiado y necesario, pero debemos hacerlo de fuentes confiables. Debemos aprender a responder a las demandas de los tiempos presentes, pero de una manera apropiada.

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